miércoles, 12 de febrero de 2014

¡A la peruana!

Hoy prendí la televisión por la mañana y escuché cuando la conductora del noticiero anunció que la joven voleibolista peruana Ángela Leyva, una de las queridas y afamadas “matadorcitas”, era la ganadora de la nómina a la mejor jugadora del mundo del 2013. ¡Fantástico! fue lo primero que dije. Simplemente me parece un hecho formidable. Más allá del merecido y bien ganado premio que la pupila de Natalia Málaga ha logrado y que seguramente ha soñado con poner en el aparador más vistoso de su casa, me entusiasma y me obliga a hacer una mención aparte al esfuerzo mancomunado que hacemos todos los peruanos cada vez que algo o alguien nos interesa, nos importa y queremos que el mundo mire y admire tanto como nosotros.
Evidentemente, no es la primera vez que esto ocurre y, es pues, éste un fenómeno sintomático que me llena de orgullo porque ayuda a resanar nuestras delicadas fracturas sociales que andan flotando por ahí. Sé que suena bastante ambicioso afirmar algo así, pero estoy seguro que, aludiendo a su corazón blanquirrojo, después de leer este pequeño artículo me darán al menos en parte la razón.

Y para muestra no uno sino varios botones de lo que hemos hecho los peruanos para poner en vitrina del mundo nuestros más grandes logros, hazañas, personajes, monumentos históricos y demás valores que a cualquier peruano nos pone la piel de gallina y nos deja el pecho más que inflado cuando escuchamos a un extranjero referirse a ello.

¿Qué peruano no ha sentido esa adrenalina que corre por las venas desde los pies hasta la cabeza y que nos saca a flote el orgullo de todo el imperio incaico desde el alma cuando hablan de nuestra premiada, afamada, exquisita y siempre bien recibida gastronomía? “¿Ya probaste el cebiche?” es una pregunta casi obligatoria que le formulamos a cualquier extranjero cuando viene de visita a nuestro terruño. No por nada nuestra deliciosa Lima es considerada la Capital Gastronómica del Mundo. Mención propia merece el hecho de que nuestro más grande patrimonio cultural, Machu Picchu, sea nada menos que una de las 7 maravillas modernas del mundo, así como nuestra vasta y majestuosa Amazonía forma parte de las 7 maravillas naturales del mundo. ¿No es increíble? la más grande herencia de nuestros visionarios ancestros y la benevolencia de la pachamama están en la lista de los lugares que obligatoriamente tienes que conocer antes de morir ¡Un lujo!

Naturalmente, no podría dejar de lado a los ilustres, valiosos y talentosos compatriotas que día a día nos llenan de logros y de reconocimientos por todo el mundo y, como el orden de los factores no altera el producto porque finalmente todo suma para el Perú, empezaré la lista con Gianmarco Zignago y sus tres Grammy’s Latinos ganados con el alma; nuestro más destacado escritor Mario Vargas Llosa quien nos ha regalado un Premio Nobel de Literatura que realza nuestro ímpetu; Claudia Llosa junto a Magaly Solier y los Osos de Berlín obtenidos a partir de su estupenda obra “La teta asustada”; Carlos Noriega quien nos ha hecho volar más alto al ser el primer astronauta peruano en la NASA; el intrépido fotógrafo de modas Mario Testino quien recorre el mundo imponiendo su estilo; la trujillana Maju Mantilla que fue consagrada como la mujer más bella del mundo en el 2004; los espectaculares hermanos Cori que estratégicamente han sumado al ajedrez a la lista de nuestros mejores deportes; Juan Diego Flores y su bendita voz con la que engalana las principales óperas del mundo; la siempre hábil Sofía Mulanovich que no deja de nadar en premios y medallas; el popular “chiquito” Rossel que a puño limpio ha conseguido el título mundial de box en su categoría y muchísimos otros personajes que nos llenan de satisfacción todos los días y que nos ayudan a sentirnos más unidos que nunca.

En este sentido, reafirmo mi tesis de que al peruano le sobran motivos para celebrar en unidad y para dejar de lado cualquier diferencia. Esto queda más que claro cuando algún confundido náufrago quiere reclamar como suyo algún pedazo de nuestro mar o pretende confundir al mundo aludiendo que nuestro pisco, nuestro suspiro a la limeña, nuestra causa y hasta nuestra chirimoya les pertenece. ¡No señor! El peruano considera esto casi casi una mentada de madre y, al igual que una fiera defendiendo a sus crías, juntos sacamos las garras y gritamos a voz en cuello que ¡compartimos la historia pero no la cuna!

Y es que finalmente no importa cómo te enteraste de las chapitas que viene coleccionando el Perú a lo largo de estos tiempos; si fue por televisión, por radio, a través de tu Smartphone, por la primera plana del periódico o porque simplemente la comadre te pasó la voz, estoy completamente seguro que en cada uno de esos momentos todos nos emocionamos por igual. A nivel del mar, a 4000 metros de altura o a orillas del Amazonas; de alguna manera los peruanos siempre ponemos el hombro cada vez que tenemos una causa común y la sensación de ser reconocidos a nivel mundial es igual de rica para cada uno de nosotros.
 
Podría seguir, porque la lista es realmente extensa, pero les prometí que este artículo sería pequeño. Sé que con esto no he descubierto la pólvora, pero creo que por lo menos ahora nos damos cuenta de que compartimos muchas cosas con el peruano de al lado y tenemos un amplio abanico de razones para sentirnos un puño completamente cerrado. No esperemos una siguiente nominación u otra Corte de la Haya para juntarnos, tenemos muchos motivos en nuestro común denominador que nos compenetran, nos complementan, nos unen, nos enorgullecen, nos identifican y nos hacen celebrar de una sola manera: ¡A la peruana!